INICIOS

El Refugio

En 1994, la Asociación Ornitológica del Plata (Aves Argentinas) inaugura en Misiones una filial a cargo del ambientalista de reconocida trayectoria en nuestro país, Juan Carlos Chébez.

Dentro de esa entidad Jorge y Silvia presentan un proyecto para la conservación de las aves en peligro de extinción de la selva misionera.

Las águilas selváticas, algunos loros, la yacutinga (una pava monte amenazada) y el macuco (considerada la perdiz más grande del mundo) forman parte del objetivo principal. La idea era el rescate y recuperación de aves decomisadas por autoridades provinciales, heridas por cazadores furtivos o entregadas voluntariamente por la población.

La liberación de aquellas que podrían sobrevivir en la naturaleza era su gran motivación. Las que no contaban con esas posibilidades y debían quedar en cautiverio, pasarían a recintos perfectamente adaptados y sus crías podrían ser liberadas. La educación ambiental constituiría la herramienta fundamental para demostrar que en la difícil tarea de conservar la naturaleza hay mucho por hacer, y que el compromiso de cada uno de nosotros es muy valioso.

Jorge y Silvia contaban con gran parte de la infraestructura y el respaldo económico para la iniciación del trabajo y presentaron a través de la Asociación Ornitológica del Plata el proyecto al Ministerio de Ecología de la Provincia de Misiones. Este otorgó las tierras para dar inicio al mismo y así fue como se forma GüiráOga: Centro de Recuperación y Recría de Aves Amenazadas de la Selva Misionera, Casa de los pájaros, como se lo conoce en la región (del idioma guaraní: Guirá=aves, Oga=casa).

Por iniciativa de Juan Carlos Chébez, Luís Rey (Cámara de Representantes de la Provincia de Misiones) y Claudio Álvarez (Ministro de Ecología), se cede el predio de 20 hectáreas denominado “Paisaje Protegido” bajo ley provincial Nº 3468. Lleva el nombre de Andrés Gaspar Giai, en homenaje al naturalista que realizó las primeras investigaciones en el norte de la Provincia de Misiones.

El 23 de mayo de 1996, el gobierno de la Provincia de Misiones, entrega la tierra y el 23 de Agosto de 1997 se inaugura GüiráOga.

La idea de Jorge y Silvia siempre fue la de no eliminar árboles para la construcción de los recintos e infraestructuras. Las construcciones se fueron realizando en lugares que, ya sea por tormentas o porque el hombre había pasado por allí antes, dejaron huecos en el monte. El palo rosa, el anchico colorado, el timbó, la caña fístula y el cedro misionero entre otros, dan un marco excepcional a este proyecto. Unas 150 especies de aves silvestres frecuentan el lugar, muchas de ellas consideradas de difícil observación. Singulares especies como el halcón montés chico (Falco rufigularis), el urutaú (Nyctibius griseus) y el cacique lomo rojo (Cacicus haemorrhous) nidifican en el área.

Poco a poco se fue completando la primera parte del proyecto. Muchos voluntarios se sumaron y otros también efectuaron donaciones para ayudar en los comienzos. La transmisión de energía eléctrica desde la ruta 12 hasta el corazón del centro, se realizó con un cableado especial subterráneo, para evitar el impacto ambiental y visual ante ese obstáculo artificial dentro de la selva.

El objetivo era evitar el deterioro que generan infraestructuras de estas características dentro de la selva, demostrando así, que cuando el hombre se lo propone, puede vivir en paz y armonía con el medio que lo rodea. Gracias al cuidado con que fue realizada esta obra junto al Parque Nacional Iguazú, recibieron en el 2003 por parte de la Administración de Parques Nacionales, el premio “Conservar el futuro” una de las tantas distinciones obtenidas a lo largo de todos estos años.

El primer animal oficialmente ingresado fue un mono aullador negro o mono carayá (Alouatta caraya). A este lo siguieron venados, gatos silvestres y otros mamíferos. Poco a poco aquellas instalaciones iniciales que se construyeron para albergar sólo aves, se vieron colmadas por otros animales. Ello nos obligó a construir nuevas infraestructuras para dar refugio a distintas especies de nuestra fauna silvestre misionera.

En 2007 se reinaugura GüiráOga con la llegada de la Fundación de Historia Natural Félix de Azara con un nuevo convenio con el Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables y Turismo. La Fundación Azara, gestiona luego en el ámbito privado, los fondos necesarios para la construcción de nuevos recintos, pasarelas y otras obras.

Cada recinto, sendero, pasarela e instalación, lleva el sello de GüiráOga, todo se realiza con el personal del centro. Desde el mismo inicio del proyecto en 1996, las obras existentes han sido concebidas generalmente bajo la dirección de sus fundadores. El predio selvático se caracteriza por el respeto que se ha tenido de la selva existente, sin eliminar árboles para su construcción. Todo se ha erigido en sitios donde el monte tenía cicatrices debido a tormentas, cuyos árboles había caído o porque el hombre ya había pasado por allí. Todo fue planificado para reducir el impacto hacia la fauna existente. No se han empleado cableados aéreos (que pondrían en peligro la vida de las aves) ya que colisionarían con ellos, además del impacto visual que en medio de la selva una red de cables entre instalaciones produciría. Todo ha sido planificado para demostrar que es posible la convivencia del hombre con la selva. Hasta los recintos fueron realizados para reducir el peligro por la caída de árboles durante las tormentas.

Generalmente los recursos de GüiráOga, son muy limitados y se debe apelar a la inventiva para lograr "estirar" esos recursos. Por ejemplo en el año 1999, Jorge Anfuso y Silvia Elsegood se lanzaron al interior de la Provincia, para relevar distintos nidos de harpías que habían sido localizados años anteriores y otros datos de supuestos nidos. Hacía falta un vehículo tipo todo terreno que encima pudiera servir como dormitorio. Jorge diseñó y construyó un vehículo de esas características que en el 2000 sirvió durante toda la campaña de relevamiento de la harpía. Hoy ese mismo vehículo es utilizado como móvil para el transporte de visitantes. Cuando en 1998 comenzaron con los relevamientos en la Isla Palacio y conscientes de que con los escasos medios de movilización que disponían, sería muy dificultoso lograr llevar a término un relevamiento completo, entonces diseñaron y construyeron una embarcación. Desde el 2004 hasta ahora cumple con el objetivo por el que fue construido.

GüiráOga nació con el esfuerzo, la pasión y el entusiasmo de sus fundadores, y hoy continúa con el mismo espíritu de siempre, donde le valor de los artesanal y lo "Hecho en casa" puede sostener un proyecto de conservación como GüiráOga, que ya ha trascendido las fronteras de nuestro país.